El edificio se ha concebido con criterios de economía y austeridad tanto en su materialización como en sus costes de mantenimiento, desde la construcción del mismo y a lo largo de su vida útil.
Cualquier edificio de vivenda social soporta una intensa presión para reducir costes y lograr mucho con poco. Para afrontar esas restricciones este proyecto se fundamenta tanto a nivel constructivo como a nivel organizativo en la serialización, adaptandose a las condiciones sociales y urbanísticas exigidas con criterios de sostenibilidad, eficiencia energetica y uso racional de las materias primas.
El conjunto está compuesto de un gran bloque abierto a un gran jardín central que constituye el corazón del proyecto. Un gran zócalo absorbe los problemas de accesos y circulaciones. Este zócalo se dispone como un elemento de apoyo, denso y tallado, que ordena los distintos usos además de establecer relaciones con los espacios públicos exteriores.
La mimetización y armonización con el entorno fueron factores claves en la concepción del proyecto.
La gama cromática, zócalo, espacios verdes y elementos de protección equilibran el peso aligerando el conjunto reinterpretando el paisaje propio de su entorno: la ribera del rio Tormes.